sábado, 2 de julio de 2016

DÍA INTERNACIONAL DEL PALÍNDROMO

Entrevista por Whatsapp a Carlos Felipe Martell, escritor y palindromista:

-Carlos Alberto Felipe Martell es un socio del Club Palindromista Internacional, que además de ejercer una excelente labor como profesor en la universidad de La Laguna, en las Islas Canarias, tiene tiempo para desarrollar una importante faceta creativa como escritor, en la que los palíndromos juegan un papel muy importante.


 un palíndromo. Me parecía algo complicado, pero era un reto. No me gusta dejar los retos a medias. Finalmente lo logré:
“Y por eso Jorge Nara mal le llamara Negro José Ropy”
-Pues no era este un palíndromo sencillo, para ser el primero, ¿verdad?
Quedé un poco decepcionado conmigo mismo, pues era una frase sin mucho sentido. Mi meticulosidad quería algo mejor. Se lo enseñé a un compañero de piso y jamás se creyó que esa frase me la hubiese inventado yo. Entendí, entonces, que igual había hecho algo “raro”, “extraño” y “difícil” para alguien de mi edad. O igual no, no lo sabía. Me di cuenta de que esa frase podría tener sentido pero… en un contexto literario. Toda frase puede tener sentido en el contexto adecuado.
2) Etapa pasiva.
Nunca más volví a interesarme por hacer palíndromos, al menos desde el punto de vista de la creatividad pura y dura. Sin embargo seguí leyendo al revés, lo cual me llevó a descubrir palíndromos. Yo distingo entre los palíndromos “invento” y los palíndromos “hallazgo”. Estos últimos son los que están ahí (en el nombre de una persona, en la naturaleza, en un refrán, etc.), susurrando, agazapados, esperando a que alguien los arranque. Esos palíndromos me satisfacen más que los que tú inventas; utilizando una metáfora, me atrae más un descubrimiento arqueológico que una invención, quizá porque sorprende más.
En esta etapa nunca pasé de formar palíndromos muy sencillos, del tipo “Allí con Nocilla” o “Allí ves Sevilla”; tan sencillos que habrán sido “inventados” por varias personas.
-¿Hacia dónde evolucionaste como palindromista?
3) Etapa creativa.
En 2013 publiqué mi primera novela, “Los privilegiados del azar”, y lo hice a partir de un desencanto lector con un best seller de intriga que no pude terminar. Escribí por decepción, escribí para ponerle al lector los ojos como platos, pero no tenía nada que contar. Decidí utilizar los recursos de mi vida y elaboré una historia muy adictiva cruzando canciones, Estadística y crucigramas. El cóctel funcionó muy bien, y el libro se convirtió en el de mayores ventas en la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife, siendo yo un escritor novel.
Se me ocurrió una cosa. Yo no partí de una historia porque no tenía. Partí de recursos. El índice de mi novela coincidía estrictamente con un manual universitario de Estadística, lo cual suponía una restricción al argumento. Entendí, a partir del éxito del libro, que una restricción no es algo negativo. Escribir sujeto a restricciones, para mí, era una originalidad forzada y desbordante.
-Como autor decidiste amarrarte con el nudo gordiano de la escritura del revés, para tener la satisfacción de crear argumentos e historias a partir de los palíndromos.
¿Escribir al revés? ¿Partir de recursos, o de “algo”, y que la historia vaya fluyendo sola desde ese “algo”? Fue así como retomé los palíndromos. Se me ocurrió que si hacía una serie de palíndromos, igual podría forzar una historia con ellos. Hice un índice. Dicho índice tenía que ser a base de palíndromos con las palabras “cero, uno, dos, tres…”, o sea, los capítulos. Inventé muchos palíndromos y, aunque al principio me costó, fui dándome cuenta de que, poco a poco, iba adquiriendo cierta destreza. Me encontré con un puzle. Piezas de un puzle. Palíndromos tan inconexos como “Al amainar cuatro pasos aporta Ucrania mala”, “Sal siete islas”… Por supuesto, uno de los palíndromos más importantes del libro fue mi primer palíndromo: “Y por eso Jorge Nara mal le llamara Negro José Ropy”. Dicho palíndromo me definió dos de los personajes principales.
-Un puzle en el que los palíndromos tienen un carácter protagonista, pues alrededor de ellos gira toda la obra.
Un puzle. “Sal siete islas” me obliga a ambientar la historia en las islas canarias, pero tengo que hablar de Ucrania, tengo que inventar a un personaje racista llamado Jorge Nara… Todo puzle tiene solución, solo hay que unir las piezas sin olvidar, por encima de cualquier otra consideración, que el resultado tiene que ser muy adictivo.
-¿Dónde estás ahora, en qué etapa y obras, como escritor?
4) Etapa derivada
Tras “Palíndromo I. El asesino del rap” le cogí el gusto a esa forma de “escribir al revés” (empezando por la estructura”) o “escribir sujeto a restricciones”. “Palíndromo II. San Sebastián y Cupido” (mi novela favorita) utiliza como índice los días de la semana y partes del día. “Palíndromo III. La morada de los osados” (aún no publicada) utiliza números romanos.
-¿Dónde te podemos encontrar en internet?
Aunque comencé con un blog llamado “Relatos y palíndromos desde Canarias”, mi mayor actividad palindrómica la desarrollo en un muro de Facebook llamado “La Fábrica Canaria de Palíndromos”:
También tengo una web de la trilogía “Palíndromo”:
Y un muro en Facebook de dicha trilogía:

-Finalmente, Carlos, ¿Qué significa para ti el universo palindrómico?
Magia y entretenimiento, pero sí es cierto que no soy un palindromista con inquietudes o tendencias a la erudición. Mis palíndromos se enmarcan en el hemisferio del ocio y entretenimiento. Hacer un palíndromo solo por hacerlo no me atrae. Me atrae divertir, entretener o, si es posible, sorprender. Admiro la capacidad y la creatividad de todos y cada uno de los palindromistas mundiales y me parece un lujo impagable contar con grupos como el CPI, REVER, etc.





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